Ya sabéis soy un señor mayor con cosas de señor mayor. Voy con mi amigo el “Pakete Cosmico”, a tramitar unos documentos en la capital regional. Dentro de Mascarita, mi coche, comienza a darme una de sus famosas conferencias. De normal habría hecho como siempre desactivar mi atención, con mi superpoder, pero conduciendo es difícil, además me engancho con la premisa inicial.
¿Por qué tenemos la luz más cara de la historia? Por una cuestión de mercados, compra y venta de productos. Las leyes de la oferta y la demanda. Unos venden energía, otros las compran. En España, a priori, producimos energía como para ser autosuficientes. Pero he aquí, que nos entran olas de calor africano, y de fríos glaciales. Y entonces disparamos nuestros consumos. Por tanto, nos tenemos que abastecer comprando a nuestros vecinos. Esto solo ya incrementa nuestra tarifa de luz, pero además hay que sumar que, en nuestra Unión Europea, estamos metidos de lleno en el proyecto de no hacer emisiones de CO2, por lo del cambio climático. Estas emisiones llevan un recargo de impuestos exagerados. Y para desgracia nuestra la electricidad que compramos se produce con gas natural comprado a la Federación Rusa. Que en los últimos años han subido su coste de forma exponencial.
Y he aquí, que nos vemos consumiendo energía, producida con gas ruso carísimo y recargada alarmantemente con unos impuestos del CO2 bestiales.
-Ya, pero ¿Qué se puede hacer?
Las soluciones son muchas y variopintas. La mejor es incrementar la producción de energías renovables, eólica y solar que, en octubre del 2021, sumaban el 29% de la producción total de electricidad. Pero para nuestra desgracia rentabilizar la instalación unifamiliar de placas fotovoltaicas conectadas a la red es misión imposible. Para que al usuario le salga rentable y pueda amortizar este tipo de instalaciones, debe ser autosuficiente y no depender de la compra-venta de las compañías eléctricas. En cuanto a la energía eólica, la más rentable y con mayor porcentaje de producción en nuestro país se ve muy limitada por las grandes superficies que ocupa y lo perjudicial que resulta a la fauna avícola y al paisaje local.
Otra solución menos ideal es mantener e incrementar la energía nuclear, que en la misma fecha sumaban el 21% del total. Dicho de otra manera, en nuestro país producimos el 50% de nuestra energía sin emisiones de CO2 de forma limpia y poco contaminante.
-Qué me dices, ¿poco contaminante la energía nuclear?, te recuerdo que en la era González, firmamos para no tener energía nuclear y por eso pagamos en nuestra factura de luz la moratoria nuclear, para mantener y cerrar definitivamente las centrales nucleares.
Bueno, hay tenemos que quid de la cuestión. A día de hoy, seguimos produciendo electricidad en siete reactores nucleares en España. Que en la próxima década terminaran cerrando. Nuestros vecinos del norte, tienen el doble de centrales y nos venden electricidad y para más ende van a seguir construyendo reactores. Si, son peligrosas y el tratamiento de los residuos es carísimo, pero aun así el coste de producción es mucho más barato que el del gas o el carbón. Y recordarte que no emiten CO2 a la atmosfera, por lo que no se paga recargo por el mismo. Por otra parte, si tienen un problema con sus centrales los que nos venden electricidad, nosotros vamos a quedar igualmente perjudicados. Es más, abarataríamos la factura con dejar de pagar ese puñetero impuesto de la moratoria.
-Vale, pero eso implica comprar plutonio y uranio y con los locos que nos gobiernan de seguro que les da por hacer bombas atómicas y nos meten en un berenjenal de mil pares.
Bueno eso es otra historia. España con el último dictador allá por el año 1948, comenzó su proyecto nuclear, entre otras cosas, aparte de construir varias centrales nucleares se pretendía crear bombas atómicas. El proyecto de la creación de bombas se llamó “Islero”, por lo del toro que mato a Manolete el famoso torero. “Mu” español todo. Y por las mismas fechas en Córdoba se empezó a extraer uranio de sus minas y a producir plutonio en sus instalaciones madrileñas.
Pero he aquí que, en el año 1953, el presidente por aquellos entonces de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, nos convenció de su proyecto “átomos por la paz”, nos recomendó no hacer bombas, que de eso andaban ellos “sobraos” y de paso comenzó a vendernos el su mineral de uranio para nuestras centrales. Total, que nos quitaron de la cabeza eso de hacer bombas y nos metimos de lleno en la producción de energía nuclear avalados por todos los organismos internaciones, con todo tipo de seguridades. A lo que voy, España desde hace un porrón de años tiene la capacidad y el mineral para hacer bombas atómicas. Lo que aquí siempre ha faltado es la voluntad, a Dios gracias.
-Entonces, ¿Por qué no seguimos produciendo energía nuclear?
Supongo que por la minusvaloración que tenemos de todo lo español, es la del dicho, “Manolete si no sabes a que te metes”. Aparte de que a los especuladores de toda la vida les beneficia comprar y vender energía.
Y como soy un señor mayor aquí os dejo los enlaces en los que me he documentado, para corroborar lo que “ma contao” el Pakete.
Angelito´S
