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NO SE ACEPTAN DEVOLUCIONES DE ROBOTS MALTRATADOS

Actualizado: 22 ene 2022

Ya sabéis, soy un señor mayor, con cosas de señor mayor. Entra el peluquero de al lado de mi tienda y me dice que quiere devolver el robot aspirador. Que si no funciona bien, que si el perro le tiene miedo y, sobre todo, que parece un gato en celo, pues abres la puerta de casa e intenta escapar. Miro el aparato, lo destapo, y …

¡Has probado cambiar la bolsa de basura!

No es el primer caso de electrodoméstico con malos tratos. Mi primo apareció con el altavoz inteligente (llamar a estos aparatos inteligentes explica mucho de sus creadores), diciendo que no funcionaba. Después de dos años no es raro que los aparatos se rompan, pensé yo. Lo destapo y veo las pilas sulfatadas.

¿Cuándo cambiaste las pilas?

¡Nunca, no sabía que fuera con pilas!

Un cliente quejica me hace responsable de que su robot de cocina no le hace las comidas a tiempo. Y que siempre anda peleándose con la programación del mismo. Sí que es verdad que los manuales de estos robots son interminables y difíciles de entender, pero si no haces el cambio horario cuando toca, nunca te cocinarán a la hora programada.

Muchos son los casos de maltrato de robots por falta de conocimiento, por dejadez o simplemente por no tener ninguna sensibilidad electrónica.

Lo que me viene al caso de que, en esto de la robótica, no hemos avanzado mucho desde que Asimov acuñó este nombre para definir máquinas inteligentes que nos iban a liberar de los trabajos y simplificarían nuestra vida diaria.

¿Dónde están los robots de Blade Runner, hermosos y complacientes, o tan duros como Rutger Hauer que trabajan en los sitios más inhóspitos del universo? A ver dónde quedaron esos robots inteligentes y que hacen todas las tareas domésticas, cumpliendo las tres leyes de la robótica, como vemos en Yo Robot con Will Smith. Qué hay de los robots de seguridad como, Robocop o Chappie, que luchan contra las mafias y la maldad humana. ¿En qué quedo eso de los robots amorosos como los de IA, Inteligencia artificial? Y si me remonto a mi mocedad, en el principio de esta nueva tecnología, ¿qué ha pasado con DR2 o C3PO de la interminable saga de la Guerra de las Galaxias? Por no hablar de esos robots alienígenas que iban a invadir la tierra para salvarnos de nosotros mismos, como Ultimátum a la Tierra, protagonizada por el incombustible Kenau Reeves o esa otra película, I am Mother, en donde la humanidad se regeneraba gracias a los robots que los mantenían. Me dejo en el tintero generaciones de películas y animaciones robóticas que prometían mucho y mejor, pero que a la postre solo se han quedado en una mera ficción.

Es verdad que las nuevas tecnologías han avanzado mucho generando todo tipo de robots. Mecanizando todas las tareas humanas, implementándose en fábricas y domicilios personales, pero no son los robots soñados, esos amigos del hombre, que nos protegerían, nos simplificarían la vida y no solo trabajarían para nosotros, sino que nos harían entrar en un nuevo estado del bienestar, impidiéndonos realizar ninguna tarea aburrida o mecánica.

Hemos entrado ya en el siglo XXI y no estamos más cerca de los robots de las películas, que nuestros antepasados de la edad Antigua con sus autómatas. Y es una gran pena que no se avance más, pues se suponía que estos seres creados por el hombre nos iban a llevar a las estrellas y más allá.

Y como soy un señor mayor, que cree en el dicho del que avisa se da por enterado, he plantado un cartel en la tienda. “No se aceptan devoluciones de robots maltratados, mientras no los fabriquen para que cumplan la tercera ley de la robótica de Isaac”.

Angelito´S



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