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PONGA UN AMIGO INFORMÁTICO EN SU VIDA

Actualizado: 22 ene 2022

Ya sabéis, soy un señor mayor, con cosas de señor mayor. Reza el dicho que los informáticos son como los cerdos, no tienen desperdicio. Y es verdad que, para tener una vida plena, no hay nada como tener un amigo de profesión informático.

Supongo que lo mismo pueden contar los médicos y mecánicos, o incluso los que desarrollan otras profesiones liberales que proporcionan servicios imprescindibles, pero lo que os puedo decir es que un amigo informático está de servicio veinticuatro horas, tres cientos sesenta y cinco días al año. Cualquier problema tecnológico es susceptible de ser solucionado, en cualquier momento que te apetezca, siempre que tengas amistad con un ser vivo de esta profesión.

Puedo parecer algo escrupuloso y maniático, pero me gusta descansar mis ocho horas diarias, librar los domingos y festivos de guardar y, sobre todo, intentar olvidar mi trabajo diario aprovechando mi tiempo de ocio. Algunos amigos parecen no opinar lo mismo. De esa guisa me llaman un domingo por la noche a eso de las once para decirme que no les va el portátil y que al día siguiente tienen que presentar su trabajo al jefe.

Vaya momento ese de acordarse del trabajo a entregar, unas horitas antes de presentarlo. Entonces uno se tiene que desplazar en el peor de los casos, o atender “on line” a través de la red, para solucionar el problema. Pero claro, si se ha roto el hardware, hay que sustituir piezas, y entonces como un mago uno aparece con lo imprescindible para que el colega pueda desarrollar su profesión. Espero que lo llame también su jefe cuando esté de vacaciones para resolver algún problema. Ojito, que solo es un deseo muy profundo fruto de mi hastío.

Pero me viene a la mente el mismo sueño recurrente siempre que hago estos trabajos, de lo que si me gustaría hacer; ir a casa del paciente, resolver el problema, y cuando te diga eso de:

-Gracias tío, te debo una.

-Vale, pues quiero que me hagas paparajotes con chocolate.

-Pero si no tengo hojas de limonero. ¿Y dónde las voy a buscar?

-Eso mismo pensaba yo cuando venía a cambiarte la RAM del portátil.

Muy rebuscada la venganza lo sé, pero entran unas ganas de comer paparajotes a esas horas de la noche que no veas. Pero todo no queda en ir y resolver en cualquier momento de tu vida, sino que se da por enterado que es gratis el servicio, cosa que está muy en boca de la mayoría ciudadana, de ahí el chiste de que no tenemos desperdicio.

Es por eso que una de las primeras normas que enseño a mis alumnos, futuros técnicos de informática, es que no se trabaja gratis, que todo tiene su precio, y si es por amistad, es bueno que te devuelvan el favor lo antes posible. Hay otras normas y que haceres de la profesión, pero bajo ningún aspecto una de ellas es trabajar gratis a amigos y allegados cuándo y dónde lo necesiten.

Sé que no está bien imbuir de ideas tan revolucionarias a mis pupilos, pero es que no hay manera de hacer entender al personal que, porque tengas conocimiento de una tecnología, no es motivo suficiente para aprovecharse de ello.

Y como soy un señor mayor, que cree en las normas bien aplicadas, he desarrollado las tres leyes del informático para hacérselas entender al ciudadano:

1ª ley del informático. Si algo funciona, no lo toques.

2ª ley del informático. Todo lo que haces tiene un precio.

3ª ley del informático. Si no funciona algún aparato reinícialo o resetéalo.

Todas estas normas se resumen en: No hagas a tus aparatos lo que no quieras que te hagan a ti mismo.

Angelito´S

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