Ya sabéis, soy un señor mayor, con cosas de señor mayor. Entra una señora en el local y pide un pendrive. ¿De cuántos tamaños tiene?, ¿qué marcas?, ¿son buenos? ¿Y la garantía?... Hasta aquí típicas preguntas que cualquier comerciante puede contestar.
- ¿Cuál es el precio del más barato?
- ¡Cuatro euros!
- Muy caro, estuve mirando en el chino y los vende a tres con cincuenta.
- Pues vaya usted al chino ¡y con Dios!
- Uy, no. Me pilla muy lejos. Pero tú me lo tienes que poner a ese precio.
- No señora, yo tengo mis precios, mis marcas y mis proveedores con un pequeño margen comercial. Me explico, de los cuatro euros, hay que descontar de impuestos, un veintiuno por ciento de IVA para el estado, restando tres euros con treinta céntimos. A eso le restamos veinticinco céntimos del Canon Digital, por lo de la piratería. Quedan tres euros con cinco céntimos. Y hay que pagar al proveedor el coste del producto, dos euros con cuarenta céntimos. Nos restan sesenta y cinco céntimos, de los que al final pagaré mis impuestos como todos los ciudadanos por beneficios. Total, de cada pendrive vendido puedo ganar entre cuarenta o cincuenta céntimos, según diga mi asesor fiscal.
- Bonita clase de matemáticas, pero yo vengo aquí a que me vendas un pendrive, y al precio del chino, porque me pillas más cerca.
Pocas cosas que discutir, la mandas a tomar viento fresco con buena cara y que se vaya al chino. La señora erre que erre sin notar que ya no es una cuestión de transacción comercial. Y te da por pensar:
“Mire señora, ve el pendrive, lo cojo, lo destapo, lo tiro al suelo, lo pisoteo y después a la basura. Yo tengo solo una ventaja, si no quiero no se lo vendo.”
En fin, como soy informático, trago un rato más hasta que la señora me paga el precio del pendrive y la tengo que escuchar saliendo del local… ¡Vaya ladrones!
Muchos casos os pueden contar de este tipo cualquier comerciante. Pero para desgracia mía hay que añadir que soy informático. Entra un cliente en el local y te suelta ¡Tú que eres informático!, se te erizan todos los vellos del cuerpo, pues con ese principio te toca clase de informática. Te pueden preguntar de todo y por todo, desde cómo funciona una antena a cómo se pone una caldera, pasando por una instalación eléctrica e incluso cómo despedir a la suegra sin que se lo tome a mal.
Ese señor que entra al local y te pide que le expliques como configurar un PLC. ¿Dónde lo has comprado?, en un gran almacén, por supuesto, que es más barato. Y le dices eso de donde uno lo compra, allí se lo explican. A lo que sale echando chispas con portazo incluido y manifestando los malos que somos los comerciantes locales. Y yo me pregunto, ¿en qué parte de mi cartel comercial pone que seamos asesoría informática gratuita u ONG de los casos perdidos de la tecnología?
O ese otro, que entra diciendo que le repare la Tablet, para no alargar la conversación, le expongo que no reparo Tablets, y sigue insistiendo hasta la saciedad, explicando su mal funcionamiento. Total, que le dices eso de, déjalo y te lo miro cuando tenga un ratito. Y te sale que es cosa rápida y que se lo hagas para que se pueda ir con su producto arreglado. Y le dices que puede llevar tiempo porque tienes que estudiar el caso y más partiendo que no entiendo nada de Tablets. Y te dice “pues vaya mierda de informático, si esto lo arreglan hasta los niños”. Y piensas, “porque no vas a la puerta del colegio y se lo explicas a ellos”. Total, que pones cara de jugador de póker estreñido y el tipo se va malhumorado por su total pérdida de tiempo, sin contar la mía claro está. Supongo que este tipo de personas piensan que el local me lo ha puesto el ayuntamiento y soy un servicio público sin coste alguno añadido.
Muchas perlas que contar y pocas ganas de escribir, pero como dicen, la profesión la llevas por dentro. De ahí que no solo en la tienda te pueden hacer preguntas. De tal guisa te asaltan los clientes en el bar cuando estas tomando tu café mañanero, en el super cuando haces tú compra semanal e incluso paseando por la calle. Y es de saber popular que si eres informático eres un superhéroe, solucionas todos los problemas en cualquier lugar, a cualquier hora y sobre todo gratuitamente, que lo hacemos por el bien común.
Y como soy un señor mayor y me da por pensar en mi felicidad… solo necesito mar, sol y la sombra de un chiringuito costero con un gran acopio de cervezas frescas. Este es mi paraíso perdido.
Angelito´S
